Glaseado Rojo Espejo

Para el Glaseado Rojo espejo:
Prepara la gelatina: Hidrata los 95 gr. de gelatina en 475 gr. de agua fría (cinco veces su peso en agua). Dejar que se hidrate completamente durante unos 10 minutos hasta que obtenga una consistencia tipo esponja.

Cocina el jarabe de azúcar:
En una cacerola mediana, combinar el agua (135 gr.), el azúcar (240 gr.) y la glucosa (260 gr.). Calentar a fuego medio hasta que la mezcla alcance los 103°C, asegurándote de remover para que no se cristalice el azúcar. Puedes utilizar un termómetro de cocina para obtener la temperatura exacta.

Añadir los ingredientes líquidos:
Una vez que la mezcla de azúcar esté a 103°C, retírala del fuego e incorpora la leche condensada (145 gr.). Remueve bien para que todo se combine de manera homogénea.
Añadir la manteca de cacao: Agrega la manteca de cacao (105 gr.) a la mezcla caliente. Revuelve hasta que la manteca se derrita por completo. Si es necesario, usa una batidora de inmersión para evitar que queden grumos y lograr una textura suave.

Incorpora la gelatina:
Añade la gelatina hidratada, removiendo continuamente para que se disuelva completamente en la mezcla caliente.

Añadir el colorante:
Agrega el colorante rojo (5 gr.) y la esencia de cereza, asegurándote de que se distribuya uniformemente. Si es necesario, ajusta la intensidad del color añadiendo un poco más hasta lograr un tono vibrante y brillante.

Homogeneizar la mezcla:
Usa una batidora de inmersión para mezclar todo el glaseado, asegurándote de evitar la formación de burbujas de aire. Esto es crucial para obtener un acabado perfectamente liso y brillante. Si aparecen burbujas, cuela la mezcla a través de un tamiz fino.

Enfriar:
Deja que el glaseado enfríe a unos 32-35°C. Este es el rango de temperatura ideal para cubrir tortas o postres congelados, lo que garantiza que el glaseado se adhiera bien y forme una superficie espejo perfecta.

Aplicar el glaseado:
Coloca tu pastel o postre sobre una rejilla, con una bandeja debajo para recoger el exceso de glaseado. Vierte el glaseado en el centro de tu postre, dejando que caiga por los lados de manera uniforme. No uses una espátula para esparcirlo, simplemente deja que el glaseado cubra el postre por su cuenta para evitar imperfecciones.

Refrigerar:
Deja reposar el postre cubierto en el refrigerador durante al menos 1 hora antes de servir, para permitir que el glaseado se asiente y brille.