Ingredientes:
- Galletas16 Unidad/esPuedes agregarle pistacho en polvo a las galletas
- Mantequilla2 Cucharada/s sopera
- Mascarpone300 gr.
- Nata200 ml.
- Quesitos3 Unidad/es
- Azúcar95 gr.
- Cuajada1,5 Unidad/esSobre
- Queso crema300 gr.
- Yogur griego1 Unidad/es
Modo de preparación:
Para la Tarta de Queso Densa empezamos con la base, para ello triturar las galletas:
Introduce las 16 galletas en un procesador de alimentos y pulverízalas hasta obtener una textura de arena fina. Si no tienes procesador, mételas en una bolsa de congelación y aplástalas con un rodillo.
Incorporar la mantequilla:
Derrite las 2 cucharadas de mantequilla en el microondas o en un cazo pequeño. Viértela sobre el polvo de galleta y mezcla muy bien con un tenedor hasta que toda la galleta esté humedecida y tenga una textura de “arena mojada”.
Montar la base:
Vierte la mezcla en un molde desmontable de unos 20-22 cm de diámetro. Con el dorso de una cuchara o el fondo de un vaso, presiona firmemente la galleta contra el fondo del molde para crear una base compacta y uniforme.
Refrigerar:
Introduce el molde en el frigorífico durante al menos 30 minutos mientras preparamos el relleno. Este paso es clave para que la base se endurezca y no se rompa al verter la crema.
Disolver la cuajada:
Este es el truco de profesional para que no queden grumos. En un vaso, separa un poco de la nata (unos 50 ml del total de 200 ml) y disuelve en ella el sobre y medio de cuajada en polvo. Remueve con una cucharilla hasta que no quede ningún grumo. Reserva.
Calentar los lácteos:
En una olla o cazo a fuego medio-bajo, vierte el resto de la nata, el queso mascarpone, el queso crema, los quesitos, el yogur griego y el azúcar.
Integrar la mezcla:
Calienta suavemente sin dejar de remover con unas varillas manuales. La idea es que los quesos se derritan y todos los ingredientes se integren en una crema homogénea y sin grumos. Es importante que no llegue a hervir en este punto.
Añadir la cuajada:
Una vez que la mezcla de quesos esté caliente y bien integrada (verás que empieza a salir un poco de vapor), vierte la mezcla de nata y cuajada que tenías reservada.
Ahora sube un poco el fuego y, sin dejar de remover en ningún momento para que no se pegue al fondo, lleva la mezcla a ebullición. Cuando rompa a hervir, déjala cocer durante 1 o 2 minutos. Este hervor es fundamental para que la cuajada se active y la tarta solidifique correctamente.
Verter sobre la base:
Retira la olla del fuego. Saca el molde con la base de galleta del frigorífico y vierte la crema de queso caliente sobre ella. Para no romper la base, un buen truco es verter la crema sobre el dorso de una cuchara grande, dejando que caiga suavemente.
Enfriamiento inicial:
Deja que la tarta se temple a temperatura ambiente durante una hora aproximadamente.
Refrigeración final:
Una vez que ya no esté caliente, cúbrela con film transparente (sin que toque la superficie de la tarta) e introdúcela en el frigorífico. Necesitará un mínimo de 3 horas para cuajar por completo, aunque yo siempre recomiendo dejarla toda la noche. Así te asegurarás una consistencia perfecta.