Pimientos rellenos de Halloween

Ingredientes:
Modo de preparación:
Para los Pimientos rellenos de Halloween:
Lava los pimientos y sécalos.
Para crear el aspecto de calabaza de Halloween, corta las tapas de los pimientos, al igual que lo harías con una calabaza real.
Luego, talla los ojos, nariz y boca en cada pimiento. Ten cuidado al hacerlo.
Relleno de Carne:
En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto.
Añade la cebolla y el ajo, y sofríelos hasta que estén dorados.
Agrega el pimiento picado y el jengibre rallado, y continúa cocinando durante unos minutos.
Incorpora la carne picada (cerdo, ternera y chorizo) y cocina hasta que esté bien dorada y cocida.
Vierte la nata o salsa de tomate casera en la sartén, mezcla bien y cocina durante unos minutos. Luego, reserva la mezcla.
Bechamel y Queso:
Precalienta el horno a 180°C (356°F).
En una cacerola, calienta la bechamel a fuego medio. Luego, añade gradualmente la mezcla de 4 quesos y revuelve hasta que se derrita y la salsa esté suave. Reserva.
Relleno de Pimientos:
Coloca una loncha de queso por centro de cada pimiento, donde tallaste los ojos y boca, con cuidado, rellena cada pimiento con la mezcla de carne que has preparado, intercalando bechamel entre capas. Agrega un poco de queso rallado y coloca las “tapas” de los pimientos en la parte superior de cada uno.
Horneado:
Coloca los pimientos rellenos en una fuente apta para horno y hornéalos durante unos 30 minutos o hasta que los pimientos estén tiernos y la parte superior se dore.
Servir:
Sirve tus pimientos rellenos decorados como calabazas de Halloween en platos individuales, acompaña con unas patatas fritas.
Notas Finales:
Puedes rellenarlos de rissotto de setas o cualquier otro relleno que te guste.
Para la Bechamel
60 gr de harina de trigo de todo uso
60. g de mantequilla
1/2 litro de leche entera
Una pizca de nuez moscada y pimienta molida
Sal.
Para hacer la salsa bechamel, primero tamizamos la harina con un colador para evitar grumos. Luego, calentamos un litro de leche en un cazo a fuego medio sin que hierva, lo que acelera el proceso. En otro cazo, derretimos la mantequilla a fuego bajo hasta que tome un color avellana y luego agregamos la harina tamizada, creando una mezcla llamada roux, esencial para ligar la bechamel.
Es importante cocinar esta mezcla hasta que adquiera un tono dorado para evitar que la bechamel tenga sabor a harina. Puedes usar una mezcla de mantequilla y aceite de oliva si lo prefieres. Luego, mezclamos la harina y la mantequilla hasta que forme una bola y añadimos la mitad de la leche caliente. Agregamos sal, pimienta y nuez moscada al gusto y revolvemos constantemente con una varilla durante unos 5-6 minutos.
Añadimos el resto de la leche caliente gradualmente, manteniendo la temperatura baja, hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos. Si aparecen grumos, se pueden arreglar con una batidora o ajustando la consistencia con un poco más de leche. Para darle un toque diferente, se puede añadir tomate frito y pimientos del piquillo al final. ¡La imaginación es clave! Sigue estos consejos y obtendrás una bechamel perfecta.