Kefir Casero
Ingredientes:
Modo de preparación:
Para el Kefir Casero coloca los 45 gr. de gránulos en un frasco de vidrio grande y limpio. Asegúrate de que el frasco tenga capacidad suficiente para contener los gránulos y la leche.
Vierte el litro de leche en el frasco sobre los gránulos de kéfir. Cubre el frasco con una gasa o un paño de cocina limpio y asegura con una banda elástica o una goma para mantenerlo en su lugar. Esto permitirá que el kéfir respire durante la fermentación.
Deja el frasco a temperatura ambiente durante aproximadamente 24 horas. Durante este tiempo, los gránulos de kéfir fermentarán la leche y la convertirán en kéfir.
Después de 24 horas, verifica la consistencia del kéfir. Debería estar un poco espeso y tener un sabor ligeramente ácido. Si lo prefieres más ácido, puedes dejarlo fermentar por más tiempo, hasta un máximo de 48 horas.
Una vez que el kéfir haya alcanzado el nivel de acidez deseado, retira los gránulos de kéfir. Puedes hacerlo con una cuchara de plástico o de madera (evita las cucharas de metal, ya que pueden dañar los gránulos).
Si lo deseas, puedes guardar algunos de los gránulos en un poco de leche en el refrigerador para usar en tu próxima producción de kéfir.
El kéfir ya está listo para consumir, pero si prefieres un kéfir más espeso, puedes refrigerarlo durante unas horas antes de servirlo.
Sirve el kéfir solo o con frutas frescas o secas, miel o jarabe de arce para dar sabor.
Notas Finales:
El kéfir casero en nevera se puede conservar fácilmente sobre dos semanas y media, además tiene más propiedades saludables y mayor potencia como probiótico que el yogur, algo decisivo en tu salud intestinal y digestiva.
Bien frío, con un pepino muy picado y unas hojas de menta es una bebida nutritiva y refrescante.